Elecciones Rusia 2024

Entre la manipulación y la supresión

Las elecciones presidenciales en Rusia han comenzado y el pueblo ruso tiene hasta el domingo para depositar su voto. En realidad, no hay duda de que ganará el presidente en funciones. Susanne Scholl, antigua corresponsal de la ORF en Rusia, también lo sabe: "En realidad no se puede llamar elecciones a esto".

Los sondeos del Gobierno ruso predicen que Putin, que lleva casi un cuarto de siglo en el poder y aspira a un quinto mandato, recibirá ya más del 80% de los votos. Sería su mejor resultado hasta la fecha. No sólo se considera que sus tres candidatos rivales no tienen ninguna posibilidad, sino que a veces incluso apoyan directamente al presidente en funciones y siguen la línea del Kremlin.

Boris Nadezhdin quería desafiar a Vladimir Putin en las elecciones presidenciales rusas. Pero la comisión electoral lo rechazó oficialmente. "No se le autorizó porque fue el único que intentó realmente hacer algo parecido a una oposición, en tonos muy suaves y sin ningún ataque. Pero aún así contra Putin. Y Putin no lo permitirá. No debe haber oposición a él en el país", dice Susanne Scholl. 

Entrevista con la ex corresponsal de la ORF Susanne Scholl(Bild: krone.tv )

Incluso antes de las elecciones oficiales en Rusia, la "votación" ha comenzado en las regiones ucranianas de Kherson, Donetsk, Luhansk y Zaporizhia, algunas de las cuales están ocupadas por Rusia. Pero, ¿está permitido?

"En realidad, son ciudadanos ucranianos, pero ya no para Putin. Putin ha empezado a distribuir pasaportes rusos allí y quiere incorporar estas zonas a Rusia a toda costa. Y eso es lo que está haciendo. La cuestión es si los ucranianos le seguirán el juego", dice Scholl. 

Las elecciones comienzan con protestas
En San Petersburgo, una mujer de 20 años intentó lanzar un cóctel molotov contra un colegio electoral el viernes, según las autoridades electorales. También se anunciaron ataques en varias plataformas de redes sociales por parte de desconocidos que utilizaron vídeos. Susanne Scholl sabe que se trata, por supuesto, de una grave amenaza, sobre todo teniendo en cuenta que ya se han producido terribles atentados en Moscú. "Tomas de rehenes, bombas en el metro, lo hemos visto todo", dice la antigua corresponsal de la ORF.