Dramático rescate
Un joven de 16 años de Estiria se clavó un clavo en el estómago
Un joven del sur de Estiria tuvo mil ángeles de la guarda en un accidente laboral hace unos días. Se disparó un clavo en el estómago con una pistola de clavos, que le atravesó el hígado. Tras una operación especial, pudo abandonar el Hospital Universitario de Cirugía Pediátrica y del Adolescente con buen ánimo.
"¡Sácalo!", fue la primera reacción de Tobias, de 16 años, tras clavarse de repente un clavo de 6,5 centímetros en el estómago hace unos días en el trabajo. "Pero, claro, me quedé en estado de shock y mi colega se dio cuenta enseguida de que no podía hacerlo", prosigue este joven del sur de Estiria. "Entonces fuimos a ver al jefe a la oficina, llamaron al médico de urgencias y a los paramédicos y finalmente me trajeron al hospital en helicóptero", dice Tobias, describiendo los acontecimientos de hace poco más de una semana, después de que un clavo se soltara de una pistola de clavos y le hiriera gravemente cuando se disponía a entregárselo a su colega.
El intruso de hierro, un peligro
No fue hasta que le hicieron un TAC en la Clínica Universitaria de Cirugía Pediátrica y del Adolescente de Graz cuando quedó claro lo afortunado que era Tobias: El clavo había perforado la pared abdominal y el hígado del adolescente, y la punta del intruso de hierro estaba a sólo unos milímetros de los grandes vasos abdominales.
"Normalmente, se abriría la pared abdominal y se extraería el clavo. Debido al estable estado general del paciente, decidimos realizar el procedimiento por vía laparoscópica, es decir, a través de las aberturas más pequeñas de la cavidad abdominal", explica el director del hospital, Holger Till. Después de llenar de gas la cavidad abdominal, el clavo se levantó un poco por sí solo. "Colgaba libremente en la cavidad abdominal, por así decirlo, y pudimos extraerlo sin problemas", dice Till.
Afortunadamente, sin más lesiones
"Afortunadamente", añade su colega, la cirujana pediátrica Eva Amerstorfer, "pudimos descartar cualquier otra lesión. Así que la intervención sólo duró media hora en total". Después, fue atendido por Hanna Kleinschuster, jefa de planta del equipo de enfermería, y su equipo: "Todos estábamos muy contentos de que se recuperara tan rápido y bien y de que toda la historia saliera tan bien."
Tobías también está más que contento y pudo volver a salir del hospital el jueves: "Todo el mundo me decía que tenía mil ángeles de la guarda, pero también sé que el equipo de aquí hizo un trabajo realmente estupendo."








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