El propietario de la cabaña, molesto
Pleito por el coronavirus: el “rebelde de la montaña” gana, pero sigue habiendo costes
La lucha contra una extraña normativa sobre el coronavirus durante la pandemia le costó cara al propietario de un refugio de montaña tirolés. Wolfgang Schulze-Boysen, inquilino del refugio Hecherhaus, situado sobre Schwaz, emprendió acciones legales contra la normativa y, de hecho, le dieron la razón. Pero el propietario, de origen alemán, tuvo que correr con todos los gastos.
Un breve flashback a la época del coronavirus: Schulze-Boysen, más conocido como "Wuf", no podía ofrecer comida para llevar en la terraza debido a una extraña normativa sobre el coronavirus. La irritante razón: la zona de esquí no estaba conectada a una carretera de acceso público. "¿Qué tiene que ver una vía de acceso con las tasas de infección? ¿Quién lo entendería?" "Wuf" aún sacude la cabeza con incredulidad.
En enero de 2021, este hombre de origen alemán, al que a menudo se refieren como un rebelde de la montaña, pasó a la acción: presentó una demanda contra la ordenanza ante el Tribunal Constitucional.
La justicia tiene un alto precio
Su compromiso con la causa de la justicia: honorarios legales de cinco cifras de euros, enormes cantidades de tiempo y gastos de innumerables viajes a Innsbruck. La recompensa por sus esfuerzos: al cabo de unos diez meses, se dio la razón al "Robin Hood de los propietarios de refugios de montaña".
Se gana un pleito, pero hay que rascarse los bolsillos para que se haga justicia.
Wolfgang Schulze-Boysen
Pero el júbilo quedó entonces en un segundo plano. "No me reembolsaron los enormes costes del abogado y los gastos. No me lo esperaba", dice, todavía hoy molesto. Era absurdo, dice el fanático de la justicia. "Ganas un caso, pero tienes que rascarte los bolsillos para que se haga justicia".
"No hubo consecuencias para ellos en absoluto"
Al restaurador le molesta especialmente "que los funcionarios que dictaron esta ordenanza completamente absurda se fueran de rositas. No hubo consecuencias para ellos en absoluto".
Podría haber demandado por daños y perjuicios hasta diciembre de 2023. Schulze-Boysen: "Pero la demanda me habría costado unos 20.000 euros y, según mi abogado, las posibilidades de éxito eran del 50%. No podía correr ese enorme riesgo financiero". Así que dejó pasar el plazo.
Quiere seguir luchando por la justicia en casos similares en el futuro y salir a la calle. El "rebelde de la montaña" cumplirá su contrato de un año en la Hecherhaus.








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