En sólo tres meses
Supermercados: 16.200 toneladas de alimentos acabaron en la basura
En el último trimestre de 2023, 250 supermercados o alrededor de 4.000 puntos de venta cumplieron por primera vez con la obligación de informar que impone la Ley de Gestión de Residuos: En consecuencia, se tiraron a la basura más de 16.200 toneladas de alimentos y se donaron casi 4.900 toneladas, según informó el viernes el Ministerio de Protección del Clima. La jefa del departamento, Leonore Gewessler (Verdes), ve "todavía un gran potencial para donar más y tirar menos".
Las cifras muestran que los residuos y donaciones de las empresas con más de 50 puntos de venta varían mucho. Van de 500 a 12.000 kilos de residuos y de 400 a 2.500 kilos de donaciones por punto de venta. "Confío y espero un esfuerzo aún mayor por parte de los minoristas y les pido que donen más alimentos y tiren menos", ha subrayado la Ministra.
De las empresas que destinaron voluntariamente grupos de productos al desperdicio, la mayor parte (45%) correspondió a frutas y verduras, seguidas de productos de panadería (19%) y productos frescos (12%). Frutas y verduras (30%), leche y productos lácteos y productos de panadería (23% cada uno) fueron las principales categorías donadas.
El portavoz de los minoristas identifica la fuga por ministerio
"En primer lugar, nuestros minoristas están legalmente obligados a enviar informes trimestrales al BMK. Luego, el Ministerio de Protección del Clima filtra el informe a determinados medios de comunicación con antelación. El Ministerio dispone desde hace semanas de un dictamen jurídico según el cual la publicación de las cantidades por empresa -es decir, no agregadas- vulnera la protección de datos. El planteamiento del Ministerio de Protección del Clima, que lleva años pisando el freno a la hora de facilitar legalmente la transferencia de alimentos, es totalmente inaceptable", criticó el portavoz del sector, Rainer Will.
Según las últimas cifras, el 58% de los residuos procede de los hogares y el 19% del sector de la restauración y las cocinas comerciales. En comparación, el conjunto del comercio minorista y mayorista de alimentos sólo es responsable de algo menos del 9%, según el portavoz.
Greenpeace no cumple sus objetivos de reducción
"Aunque la obligación de informar es un buen primer paso, debe extenderse también a las grandes empresas de producción de alimentos y restauración. El Gobierno también debe fijar objetivos de reducción vinculantes para cada sector", subraya Sebastian Theissing-Matei, de Greenpeace en Austria. "Es inaceptable que las empresas minoristas se limiten a tirar comida mientras cada vez más gente no puede permitirse comerla". "La acción voluntaria no funciona, el gobierno debe intervenir. Italia, Francia y la República Checa demuestran que esto es posible", afirmó Sebastian Bohrn Mena, portavoz de la iniciativa oekoreich.
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