AMAG trabaja duro
¿Sin gasolina? “No es como el interruptor de la luz”
Casi nada funciona en AMAG sin gas natural. ¿Cómo tendrá éxito el cambio a la electricidad y el hidrógeno en el productor de aluminio de Ranshofen? Se lo preguntamos al director general Helmut Kaufmann. Una cosa está clara: se están dando los primeros pasos concretos, pero también hace falta paciencia.
Desde el estallido de la guerra en febrero de 2022, los diversos escenarios de amenaza en torno a un corte del suministro de gas desde Rusia han sido omnipresentes. A finales de año, Ucrania quiere cerrar el grifo del gas ruso que circula por su país, una decisión que parece inalterable. ¿Y después qué? En Austria son muchos los que se hacen esta pregunta, ya que actualmente casi todas las importaciones de gas siguen procediendo de esta dirección.
Ya hemos encargado al fabricante de hornos que convierta dos sistemas del departamento de tratamiento térmico de chapa a electricidad en lugar de gas. Sin embargo, lo consideramos un proyecto piloto.
AMAG-Vorstandschef Helmut Kaufmann
Dos tercios de gas, un tercio de electricidad
Las empresas trabajan a toda máquina para encontrar alternativas. La fábrica de queso Schärdinger de Feldkirchen, cerca de Mattighofen, ha puesto en marcha un sistema de calefacción con virutas de madera, que debería aportar independencia. ¿Y qué hace AMAG? El productor de aluminio necesita dos tercios de la energía de Ranshofen en forma de gas y un tercio en forma de electricidad.
"La electricidad verde es la solución más eficiente y limpia"
La empresa con sede en Innviertel está trabajando en soluciones a lo largo de su propia hoja de ruta de descarbonización. "Pasar del gas a la electricidad verde es la solución más eficiente y limpia", afirma el CEO Helmut Kaufmann. Esto también podría ser realizable en AMAG en casi todos los ámbitos, pero no en todos.
El hidrógeno crea poros
En la fundición, el gas podría sustituirse en última instancia por hidrógeno, pero esto conlleva ciertos retos. "Porque esto crea poros", dice Kaufmann. El año pasado se realizaron las primeras pruebas con quemadores de hidrógeno, "y ahora sabemos qué dirección debemos tomar". En otras palabras: hay que seguir investigando.
Al mismo tiempo, AMAG ya ha encargado dos hornos eléctricos para el tratamiento térmico de chapas. "Lo vemos como un proyecto piloto", explica el director general, "cada horno se comporta de forma diferente, así que tenemos que desarrollar recetas distintas. No es como un interruptor de la luz: basta con apagar uno y encender el otro".









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