Inspección local
Tras la muerte de una niña: “Oí risas burlonas”
Tras el horrible descubrimiento de una niña muerta (14 años) en el piso de un afgano en Viena-Simmering, el "Krone" preguntó en el barrio durante una inspección local. La conmoción es grande.
Ali A. (nombre ficticio) es un tipo delgado. Con 1,70 metros de altura, no pesa más de 50 kilos. Los vecinos del bloque de apartamentos de Viena-Simmering lo describen como "poco llamativo". Se dice que este afgano de 26 años nunca salía de su piso antes de las 11 de la mañana. Lo mismo ocurrió el martes pasado. Ali entró tranquilamente en el patio interior del edificio de la cooperativa. "Duchado, aseado, elegantemente vestido", cuenta un vecino al Krone local.
Estaba a punto de marcharme en mi coche hacia las 11.30 horas del martes cuando, de repente, llegaron los servicios de emergencia y la policía. Horas después nos enteramos de que había muerto una chica. Una tragedia.
Helmut Kadlec (57), Anrainer
Recibió el equipo de emergencia que él mismo había alertado porque la mujer de su piso sólo jadeaba cuando se despertó. Se dice que no estaba ni frenético ni nervioso. Lo que los socorristas encontraron tras la puerta número 2 fue una chica sin vida. Sandra (nombre ficticio), de Baja Austria, de sólo 14 años, según se supo más tarde. Según se informó, probablemente había pasado la noche con el joven de 26 años. Según él, acudió a él a la una de la madrugada. En estado de embriaguez y bajo los efectos de drogas o medicamentos.
La policía investiga una "muerte grave".
Durante el interrogatorio, Ali A. dice que tuvo relaciones sexuales con ella. De forma "consentida", por supuesto, y afirma que no sabía nada de que ella sólo tenía 14 años. Ahora Sandra está muerta. La Oficina Estatal de Investigación Criminal está investigando una "muerte alarmante".
El afgano (llegó al país con la oleada de refugiados en 2015, se le concedió protección subsidiaria y ahora está legalmente en Austria con pasaporte de extranjero) está huido. El miércoles por la tarde regresó a las habitaciones donde horas antes había muerto una chica a la que, al parecer, conoció "en el barrio". Había una nota para él en el suelo, frente a la puerta número 2: "¡Sólo tenía 14 años, cabrón! ¡Eres culpable! ¡Asesino!"
"Se estaba riendo"
Ali A. no debe inmutarse por estas palabras, niega toda culpabilidad. Mientras el médico de urgencias seguía intentando devolver a Sandra a la vida, el joven de 26 años les birló un cigarrillo a los policías que estaban en el patio. "Se reía", recuerda un vecino que desea permanecer en el anonimato. "No podré quitarme de la cabeza esa risa burlona".
Por qué tuvo que morir Sandra y qué ocurrió realmente aquella noche probablemente nunca se aclararán del todo. No hay testigos oculares ni auditivos: sólo Ali A.










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